La santería suele asociarse de forma errónea a prácticas negativas. Por ello, Conocer los ritos que realizan las diferentes corrientes de origen africano despejará temores y prejuicios. Cuando los esclavos negros procedentes de África llegaron a América trajeron con ellos sus creencias. Esta herencia cultural y espiritual se fue mezclando con el espiritismo, el catolicismo y otras corrientes, hasta sintetizarse en diferentes cultos mágico-religiosos. Así el Vudú de Haití, el culto Yoruba de Cuba o el Umbanda y el Quimbanda de Brasil son ejemplos de las variadas formas que adquirieron los cultos de origen africano. Todos ellos son también, como dijimos, modelos de “sincretismo” religioso, es decir, de síntesis o unión, por medio de la cual, los santos paganos de origen yoruba fueron asimilados a los católicos, la Virgen María y Jesús. De este modo, los esclavos pudieron mantener sus creencias sin ser perseguidos. Y fue esta devoción por los santos lo que hizo que los españoles los llamaran “santeros”. LA CREENCIA UMBANDA Esta religión afro-brasileña es una combinación de las antiguas creencias yorubas con el espiritismo de Alan Kardec y la fe católica. Las ceremonias son presididas por un Pai (hombre, padre), una Mai (mujer, madre), o por el jefe del patio o “terreiro”. En ellas, se realizan ofrendas y se incorporan espíritus. Los dioses del Umbanda son los Orixás, pero también pueden invocarse espíritus de indios (caboclos), de viejos negros esclavos (pretos velhos) y otras divinidades, como “Pai Joaquim”, “Pai Arruda”, etc. Los umbandas practican ritos religiosos y también de Magia Blanca, pues durante sus reuniones cantan, bailan, piden consejos a la entidad invocada y hacen rituales. Muchas personas se asustan al ver restos de velas, bandejas con flores y otros objetos en la calle; pero en realidad estos “despachos” son ofrendas realizadas para que el “santo” elegido cumpla una petición y nada tienen de malo ni de negativo. ¿QUÉ ES EL CULTO QUIMBANDA? Generalmente, se denomina a los umbandas “macumberos” cuando, en realidad, quienes practican las macumbas son los adeptos del culto Quimbanda. Esta ramificación del sincretismo afro-brasilero trabaja con entidades llamadas Exú y Pomba Gira. Si bien se los relaciona con lo infernal, hay que entender que, según el Quimbanda, fue el mismo Obatalá (deidad suprema) quien los puso en la tierra y les dio dominio sobre ella. Los que practican este culto aseguran que Exú es el nexo entre Dios y el hombre. Sin embargo, algunos creyentes utilizan a estos “mensajeros” llamados Exús para realizar trabajos oscuros. ¿Quiénes son los Exús? Si bien Exú es un sólo dios, puede manifestarse de mil formas, como espíritus ligados a la tierra y semejantes a los hombres llamados Exús. Es por ello que los hay buenos y malos. Tiene una compañera femenina: Pomba Gira. Según la creencia quimbanda, Exú regula el karma de los seres humanos complicándoles la vida con dificultades y tentaciones. Es así que, un Exú es una entidad juguetona, capaz de crear contratiempos y de realizar el mal o el bien si se lo piden, a diferencia de los Santos y los Orixás que sólo hacen el bien. Más que con lo diabólico, a los Exú hay que relacionarlos con los espíritus de la naturaleza que, como las hadas, duendes, los demonios griegos o los genios árabes tienen un temperamento infantil, caprichoso e impredecible. LOS “DEMONIOS” AFROBRASILEÑOS Los umbandistas, quimbandistas y otros cultos afro-brasileños temen a los kiumbas o quiumbas. Éstas son almas en pena, espíritus descarnados malévolos que vibran en el bajo astral. Poseen pensamientos y sentimientos negativos o poco evolucionados, como: pasiones, odios, rencores, envidias, deseos de venganza y vicios de toda clase. Para las personas que creen en el esoterismo estos espíritus serían similares a los “elementarios” (que no deben confundirse con los elementales). Los “elementarios” son seres malignos que constituyen una especie de “ejército del bajo astral”. Seres que llevan el odio a toda la Creación, intentando contaminar a los seres humanos con sus sentimientos negativos. Pero, cada acción maléfica practicada por un espíritu de este tipo sólo sirve para hundirlo cada vez más en su nivel espiritual. Las caídas son frecuentes y provocan más y más frustración, lo que realimenta el odio de los elementarios. Muchas veces, estas entidades “engañan” al médium incorporándose y haciéndose pasar por un Exú.